La última
dictadura militar produjo huellas profundas en el sistema
educativo. A pesar de no haber desarrollado un proyecto educativo
sistemático y orgánico, su impacto en la vida cotidiana de las
instituciones, y en el funcionamiento regular del sistema educativo
es innegable. En este
trabajo presentaremos algunas de las políticas educativas puestas en marcha durante el período 1976 – 1983.
Como común denominador, estas políticas persiguieron ejercer un
control pleno sobre los actores y las instituciones. Este control fue ideológico,
pero también fue un control del comportamiento y de las
relaciones cotidianas entre los actores escolares.
Por otra
parte, estas políticas se articularon con elementos que ya se
encontraban presentes en el dispositivo escolar construido durante un
siglo. El ejercicio arbitrario de la autoridad, la vigilancia
sobre el comportamiento y el pensamiento de alumnos y
docentes, la ritualización y la burocratización de la enseñanza, fueron
algunos de los elementos que la dictadura enfatizó en las escuelas
pero que ya formaba parte de muchas de ellas. Comprender
este fenómeno nos debería permitir abrir interrogantes
sobre cuáles son los aspectos de ese dispositivo escolar
que aún persisten en la vida cotidiana de las escuelas
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